Según vamos adentrándonos en el verano, los días se van haciendo más largos y el sol y el calor comienzan a ser más intensos, convirtiéndose en los verdaderos protagonistas.
Además, te preguntarás: ¿hace falta invertir mucho dinero para iluminarlo? ¿cuándo? ¿Puedo iluminar mi jardín con poco dinero? ¿De qué presupuesto estamos hablando?
Llega esa época en la que, por fin, podemos disfrutar plenamente de un área de la casa especialmente indicada para esta estación: el jardín.
No importa si contamos con un pequeño jardín, una terraza o un gran jardín con piscina y espacio para que los niños jueguen.
Te interesa: ¿cómo iluminar un jardín sin utilizar cables?
En cualquier caso, seguro que te apetece convertir este espacio en una zona confortable, sobre todo, para las noches de verano.
Sin embargo, para que puedas darle a esta área el uso que quieres, es esencial que busques hasta encontrar la manera de decorarla y, principalmente, de iluminarla adecuadamente.
Una buena iluminación nos proporcionará bienestar, nos facilitará cualquier tipo de actividad que queramos realizar en nuestro jardín cuando se haya puesto el sol y nos proporcionará la seguridad de evitar pequeños accidentes.
Y aunque parece que para iluminar un jardín es necesario invertir una gran cantidad de dinero, la realidad es otra bien distinta, y es que iluminar un jardín puede ser mucho más económico de lo que piensas.
¿Cuál es el objetivo de tu iluminación? ¿Y tu presupuesto?
En primer lugar, es necesario que distingamos entre un jardín grande y uno pequeño, ya que ni la iluminación ni su precio serán los mismos en uno y otro.
No es lo mismo iluminar un espacio de 10 metros cuadrados, por ejemplo, lo cual podremos hacer simplemente con un foco solar, que iluminar un jardín de 300 metros cuadrados con diferentes alturas, una piscina y distintos espacios bien definidos.
En este último caso, es probable que busquemos una luz más intensa para la zona donde comeremos, una más suave para poder relajarnos en zonas algo más alejadas, puntos de luz para prevenir accidentes en las escaleras o en los cambios de suelo y algo de luz también en la piscina, tanto para evitar caídas como para disfrutar de relajantes baños nocturnos.
Con esto podemos hacernos una idea de que, dependiendo del tipo de jardín con el que contemos y del objetivo que nos planteemos a la hora de iluminarlo, deberemos optar por diferentes tipos de focos o lámparas y, por supuesto, podremos hacerlo por un precio u otro.
Aun así, queremos darte unas cuantas ideas muy económicas que podrás utilizar en todo tipo de jardines.
Solo tendrás que seleccionar la que más se adapte a tu estilo y a tus necesidades para vivir las noches de verano como merecen.
¿Cómo acertar con la iluminación?
Para acertar con el tipo de iluminación que escojas, siempre debes tener en cuenta cuáles serán las zonas que quieres dotar de luz.
No todas las áreas de un jardín necesitarán el mismo tipo de luz ni que esta tenga la misma intensidad. Dependerá de cómo sea el espacio y de la función que este vaya a desempeñar.

Por un lado, debemos asegurarnos de poner luz en cualquier sitio que pueda resultar peligroso recorrer a oscuras.
Con esto nos referimos a los caminos, las escaleras en caso de que las haya, los bordes de la piscina o cualquier otro lugar que pueda suponer un peligro o que se halle cercano a uno.
De esta manera, nos aseguraremos de evitar caídas y sustos.
De todas formas, esto no significa que debamos diseñar una gran instalación eléctrica y contar con focos enormemente potentes.
Simplemente nos ayudará a darle sentido a nuestra iluminación, pero no será necesario que gastemos grandes sumas de dinero en un exceso de la misma.
En las entradas
Por ejemplo, las zonas cercanas a los accesos a nuestra vivienda serán, probablemente, las áreas en las que más tiempo pasaremos.
Si invitamos a algunos amigos o a nuestros familiares a cenar, lo habitual será colocar la zona de «comedor» relativamente cerca de la cocina.
Así nos resultará más sencillo el hecho de llevar hasta allí la propia comida, la bebida o los elementos que vayamos a colocar en la mesa.
En este caso, podremos decantarnos por focos ledes de pared.
Este tipo de iluminación aúna la potencia con un gasto mínimo, de tal manera que podremos disfrutar tranquilamente de la cena y la sobremesa con una intensidad de luz similar a si estuviésemos dentro de casa.
Así mismo, si seleccionamos focos de este tipo que, además, cuenten con un sensor de movimiento y se enciendan cuando alguien se acerca, nos servirán para aumentar nuestra seguridad.
Con ellos no será necesario que nos encontremos en el jardín para poder comprobar si alguien se acerca a nuestra casa o no.
Al encenderse de manera automática cuando detectan la presencia de movimiento, harán más sencilla nuestra seguridad, puesto que lo más probable es que ningún caco se sienta tentado a intentar forzar una puerta mientras lo rodea un haz de luz.
Una de las mejores alternativas es la luminaria Ocellum S, una farola solar que integra en la misma estructura la batería, el panel solar y el controlador, haciendo que sea, además, una pieza que aporte un diseño elegante a este espacio.
Algunas de sus mayores ventajas son que gracias a sus láminas de 3 milímetros galvanizadas y pintadas no proyecta sombra, que tiene una autonomía de 3.200 ciclos y que, debido a su diseño, apenas ejerce resistencia al viento, por lo que -a pesar de su báculo de 3 metros- seguirá siendo perfecta para ti, aunque vivas en zonas de montaña o marítimas donde suele haber brisas intensas.
Cuenta también con una estanqueidad IP65, lo que significa que posee una protección completa contra el polvo, no dejando que entre por ningún sitio, y una protección contra chorros de agua.
No será un problema que llueva o que haya humedad en el exterior.
Por otro lado, también dispone de un programador de encendido y apagado, un sensor de movimiento opcional y un grado de protección al impacto IK08.
Esto último quiere decir que resistirá los impactos de proyectiles de hasta 1,7 kilos y 295 milímetros, con una energía de hasta 5 Julios.
En pasillos y zonas de paso
Estas áreas necesitan un tipo de luz que nos deje ver lo suficiente como para advertir cualquier tipo de peligro o desnivel que podamos encontrar por el camino.
Por ello, lo ideal sería optar por pequeñas balizas que se colocan en el suelo y, a ser posible, con luces de led. Este tipo de luz resulta idónea, como ya hemos mencionado, por su menor consumo y su larga vida útil.
Las balizas son muy elegantes para los jardines y, a su vez, si escoges unas luces ledes cálidas podrás disfrutar de su potencia mientras creas un ambiente más íntimo y agradable. Quienes atraviesen esos pasillos no sentirán que son el centro de todas las miradas.
Si vamos a colocar estas balizas, pero buscamos que sean, todavía, más económicas, siempre podremos elegir aquellas que se cargan con la luz del sol.
Con ellas disfrutaremos de todas las ventajas que nos aportan las eléctricas pero, además, ahorraremos una gran cantidad de dinero en la factura de la luz, aunque estén encendidas toda la noche.
En el resto del jardín
En el resto del jardín no precisaremos luces tan específicas ni tan intensas, sino que buscaremos que sean suaves, de baja intensidad y que estén bien repartidas para crear un ambiente agradable.
En este caso, tenemos multitud de recursos que pueden servirnos.

Podemos servirnos de guirnaldas de bombillas. Nos aportarán una luz tenue y podremos incluso elegir si queremos que todas las bombillas sean blancas o, si nos sentimos un poco más festivos, comprarlas con bombillas de colores.
Así mismo, tenemos los faroles y farolillos, que podemos dejar en el suelo, como las balizas, sobre alguna superficie como la de una mesa o colgarlos para disfrutar de una iluminación más alta.
- Otra buena opción son las velas, que son lo más clásico y, en principio, lo más económico que podemos encontrar. Si nos decidimos finalmente por ellas, debemos tener en cuenta varias cosas:
- En primer lugar que, dependiendo de la zona en la que las coloquemos, pueden ser peligrosas, ya que con una racha de viento, o si se tambalean, su llama puede jugarnos una mala pasada.
- En segundo lugar y hablando de iluminación económica, es necesario que atendamos al precio. Adquirir una vela es mucho más económico que un farolillo, una guirnalda de bombillas o unas balizas, pero las velas tendremos que reponerlas, porque su vida útil es muchísimo más corta. Solo en caso de que vayamos a dar muy poco uso a esta iluminación nos resultará realmente rentable.
- Por último, este tipo de objetos pueden servirnos también como antimosquitos, dado que podemos optar por iluminarnos con unas velas de citronela, que los ahuyentarán.
En definitiva, iluminar un jardín con poco dinero es posible y cada vez resulta más sencillo.
En Printboard lo sabemos bien, y por ello, ponemos a tu disposición diferentes tipos de iluminación solar, para que tu jardín esté perfecto en las noches de verano sin que tu bolsillo se resienta.
